Puajjj


Podría empezar escribiendo esto diciendo que a mi no me pasó o que a todo el mundo le pasa o le pasará algunas vez, e incluso podría decir que le pasó a un amigo y/o amiga pero ¿a quién importa?

Lo cierto es que hay un momento en toda relación que el príncipe azul se destiñe o a la princesa se le rompen los zapatitos de cristal y por más sueño que tengan se convierten en humanos.

La situación se plantea más o menos así: Uno está sentado en el sofá de la casa dando rienda suelta a la pasión televisiva con su amada al lado y con el control remoto en mano hasta que ella decide quebrar el momento al decir: “voy al baño”.

Sin darle importancia uno se queda quieto frente a la caja boba hasta que comienza a percibir que han pasado más minutos de los que el sentido común reconoce como aceptable. Ya van unos 15 minutos y no hay ni un solo ruido. La duda es más fuerte que el pudor y no hay mejor idea que dar un “toc, toc, toc” y preguntar “¿estás bien?”.

Y desde adentro se escucha un leve quejido acompañado de “mmm… sí”. Aunque no parece que está tan bien porque la queja se parece a la de un herido de guerra. Tras una aproximación estratégica con el oído hacia la puerta se puede comprobar que una buena idea de la naturaleza habría sido que los humanos viniéramos con la nariz desmontable porque desde el interior emana un aroma indescriptible y repugnante.

Lentamente uno debe retirarse del lugar para, posteriormente, sacar la cabeza por la ventana como hacen los perritos en los coches y recién una vez que se recobró fuerzas uno debe volver al sofá.

Minutos después ella hace su entrada triunfal como si nada ha sucedido, aunque uno puede notarlo en sus ojos lagrimosos. Y muy como si nada hubiese sucedido porque se pone cariñosa y romántica, tan cariñosa que hace caricias, con sus dos manos, por nuestra cara entonces, por lógica, uno pregunta:

- ¿Te has lavado las manos?

4 comentarios:

JManzur dijo...

Que bueno... Me ha pasado..!! XD

[ m a r i a n a . r a k e l ] dijo...

Y quien te manda ir a husmear con tu narizota!!?? Como si a ella no le hubiera pasado exactamente lo mismo cuando te llegó tu momento aristocrático (el de sentarse en el trono)! Además convengamos que tuvo el buen tino de cerrar la puerta... por ahora...

arol dijo...

Mariana, me acordaba de vos y de tu saudade de "no poder cagar más con la puerta abierta" je

rülîblume dijo...

tamos finitos ah!