La fruta plástica es una porquería


Es cierto que ir a la feria de frutas y encontrarse con viejas culonas que te pisotean con el carrito no es nada interesante; pero llenarse los bolsillos de ilusión cuando se ven tantas frutas lindas en el supermercado es un evento previo a la decepción por el plástico ofrecido.

No esperen grandes pensamientos, ni una filosofía profunda. He ido al supermercado, nuevamente, y al ver los canastos rebosantes de frutas he corrido entusiasmado. Me abalancé sobre las ciruelas, unas naranjas, kiwi, melocotones y muchas otras cosas, incluso unas uvas que parecen haber nacido dentro de una bolsa con agujeritos.

Llegando a casa, dejé todo en la nevera. Hace un instante he ido a masticar una ciruela y ¿qué creen? Sentí que soñaba… sí, sí, soñaba en la cama porque lo que masticaba se parecía a la almohada.

Ahí me di cuenta que mientras la feria ofrece viejas culonas que te pasan el carrito por los pies; los supermercados tienen una fábrica de poliuretano en el fondo del comercio en donde fabrican estas cosas que ellos llaman frutas.

En pocas palabras y para no abundar tanto he llegado a la conclusión que la fruta de supermercado es una verdadera porquería. Es por ello que desde acá se ha decidido declarar la guerra unilateral y unipersonal contra la fruta de supermercado, para lo cual hemos creado el Frente de Liberación del Plátano Ecuatoriano y el Comando Revolucionario de la Ciruela Flatulenta que en breve difundirán su primer comunicado antiplásticos supermercaderiles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja! Siii... es sólo fruta de dedoración! Y cuanto más cara peor. Por eso tenés que comprar la fruta que está más 'pasada', que en general es la que menos porquerías químicas tiene...