Un piedrazo para Rudolph


- Que a mi no me quieren que a mi no me quieren
- Si no te portas bien… si eres bueno si que te quieren
- Pero qué discriminación, uno no puede ser divertido que ya pasa de largo
- Te tienes que portar bien
- Como que lo vea le lanzo una piedra
- ¿A quién?
- A Santa

Todos los años era la misma discusión con mi mamá hasta que una vez, parece que tenía ocho años yo, lo he visto. Rojo gordinflón como siempre y sin cortarse esa barba blanca larguísima que me confundía con el viejo de la bolsa con el que me amenazaba mi abuela para que me tome la sopa

- Que sí te quiere, pero que te tienes que portar bien
- Si me quiere que me acepte como soy

Y sí, creo que lo había visto de rojo y blanco y no era taxi madrileño, ni futbolista de River Plate de Argentina. Pero pasó lejos sí porque parece que no solo yo no me portaba bien, sino todos los mocosos del barrio.
Desde que tenía ocho años, creo, no lo he visto más. Algunas cosas similares se han aparecido en los comercios pero ninguno es verdadero. A uno de ellos le toqué la barba hace unos días y ¿qué creen? Era plástica ¿y su panzota? Un almohadón de una tienda.

Este año me he prometido esperarlo en el techo con una piedra en mano y si lo veo acercarse lo amenazo y baja y me da todo lo que me debe de años de espera o le asesto entre ceja y ceja a Rudolph y se terminó su viajecito de medianoche.
He dicho

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