Y a ello le sumamos que nos pasó varias cosas:
Veíamos a alguien en la calle con acento mexicano y ya nos llevábamos el pañuelo a la cara. Los cantores de serenata que vivían junto a mi casa quebraron por la crisis estornudística.
Y que a nadie en la sala se le ocurra toser porque madre santa que te miraban como si tuvieras olor a pata.
Llegó un momento en que tener
Pero lo peor de todo, seguramente, fue la recomendación de no darse besos ¡¡¡ Pero a quién se le ocurre eso!!!!!! Imagínate que los viejos que gobiernan no se preocupan, pero aquel chavalín que está apenas saliendo, que tiene la cara llena de granos y espera con desesperación ligar y de repente se le aparece una tía guapetona, le guiña el ojo y él que piensa “no puedo, por la gripe” ¿Qué hace? Va directo al grano diciéndole “bueno, vale, pero de besitos nada eh”.
Así que ahora, señoras y señores, lo único que deseo, es que a los creadores del Tamiflú les dé la gripe esa y su pastillita no les funcione.
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