Números primos y familiares


El nombre siempre me resultó extraño porque me hablaba de una familia y yo he buscado a los otros parientecillos de esta gente pero hasta el momento no encontré nada.
Miren que si hay un número primo, pensaba yo, también tiene que haber un número hermanín y por qué no una mamá de los números y alguna tía culona numérica. Así que se me dio por buscar en libros matemáticos y de numereses si es que podía completar a la family-num pero no hubo caso.
Y además me pregunto si es que los números decimales son hijitos o qué. Pero si son hijos o lo que sea deben ser un tanto maleducadísimos así que mejor le cambiamos el nombre a números decibienes.
Así es que creo que el mundo aun está a tiempo de que estos primitos, pobrecillos ellos, no queden huerfanitos ni solos y tal vez podemos crear a una familia. El mundo, imagino, está en deuda con los cosos estos y por eso debe crear una familia como la que sigue (el orden de los números no altera el resultado familiar eh)

0: Hermana (es la hermana que va a comenzar la dieta el lunes)
1: Tío (Siempre hay uno que es medio flacuchento)
3: Prima (Esta es esa prima a la que le echábamos el ojo ¿por qué? Mirad la delantera que tiene!!!!... y la trasera, depende desde dónde se mira)
4: Sobrino (Cuando nace parece bonito, pero cuando ya van por los 12 o 13 años se ponen así, narigonotes y feos los desgraciaos)
5: Cuñada (¿que no es la cuñada? Pues mírenle la barrigota que le hizo nuestro hermano… y encima es un número compuesto porque viene con chavalín adentro)
6: Mamá (La pobre ya anda encorvada de tanto trabajar y con una barriga de tanto comer)
7: Papá (No sé por qué pero a veces hay un papá en las familias así que le ha tocado el 7 nomás)
9: Hermano (¿Habéis visto que siempre hay un hermano cabezón?)

8: Muñeco de nieve (No es de la familia, pero miren qué muñequito hemos creado eh!)

Esos raros nombrecitos II

Hace poco, en realidad hace mucho, pero parece que fue ayer (y eso también es mentira, pero hay que decirlo así parece que posteamos casi todos los días) escribimos sobre los nombres raros y como para no estar sin escribir nada recordé tres cosas que he visto no hace mucho tiempo mientras trabajaba (y hasta parece verdad) y que, lo peor, tiene que ver con marcas famosas que para no abundar en palabras lo dejaremos en las imágenes:

Pajero
Es un clásico este nombre y sólo los más… valientes, se atreven a comprar algo así. Llamativamente el vehículo no tenía un solo asiento.



Rabobank
Es un banco, de eso no hay dudas, pero lo que en realidad me pregunto es que ra… qué demonios se deposita allí y lo fundamental ¿la tasa se mide en centímetros?

Polla
Es pariente de La Polla Records, pero esta gente con eso de “Polla Gol” es más que sugestivo diciendo te metí la… pelota.

Me meo... me meoooo!!!


La necesidad de ir al baño a hacer del uno (porque se puede hacer del uno o del dos) es inversamente proporcional a la distancia que se mantiene con el dichoso hogar donde se encuentra el receptáculo de nuestros líquidos internos. Venga que, en pocas palabras, nos da más ganas de ir al baño cuando más cerca estamos.

Salimos un sábado cualquiera en la noche y no tenemos inconveniente en bebernos un buen par de agua mineral importada en algún restaurante de calidad, o lo que es más típico, mandarnos para adentro unas seis o siete cervezas en un barsucho atestado de gente con música que te revienta y te pone a gritar en lugar de hablar.

Y el tema es que nos bebimos unas cuantas y anduvimos laralalala la lo más campante con nuestra vejiga con todo el liquidito haciendo Glup Glup Glup Glup adentro sin que nos llame la atención. En algunos casos fuimos capaces de acompañar a nuestra chica o chico (dependiendo de qué acostumbre uno) hasta su casa y nos tomamos el tiempo para el famoso entro no entro entro no entro que no que si y ahí la dejamos a la niña y nos vamos de nuevo larala lala laralala (sí, ya es otra la canción porque la anterior nos aburrió) y como la casa de nuestra chica/chico no nos queda tan lejos de la nuestra y como ya se nos fueron todas las monedas en el taxi, las cervezas y en el borracho con quien fuimos solidarios, nos disponemos a caminar.

Es así que a cada 10 metros sentimos que nuestra compañera flexible de líquidos llevar comienza a endurecerse; pero ajenos a la situación seguimos camino, total sólo faltan unas calles. Lo que no contamos es que a medida que falten menos calles la muy maldita vejiga se nos convertirá en enemiga pues la muy desgraciada se va haciendo más pequeñita y nosotros sigue que te sigue caminando. Ella cada vez más dura y uno como piedra que ya comienza a observar si no hay nadie cerca, que total es muy de noche y venga que ese árbol cubre un poco total quién no lo hizo una vez y cuando va a por su amigo no falta el coche que pasa como el correcaminos y como es sábado en la madrugada lleva unos cuantos borrachotes que te gritan y toda la inspiración que tenías se te va de una vez.

Así que seguimos caminando hasta que, al fin, estamos frente al edificio, total aquí ya falta poco para llegara nuestro piso; pero como acto de venganza la que alguna vez fue nuestra amiga, la muy jadeputa de la vejiga te dice: “si no abres ahora reviento” y uno que se hace señorita torciendo las piernas y fregándolas una con la otra chocando sus rodillas; te metes al ascensor y de nuevo piensas “aquí no me verá nadie” y cuando estás a punto ¡zas! Recuerdas que “Por su seguridad lo estamos grabando”. Sales de ese aparato que nunca anduvo tan despacio en tu vida y ya estás frente a tu puerta, vienes con la llave en mano porque lo único que piensas es en abrir eso y desprenderte de todo. Al fin entras a tu casa, pasas, das el portazo, no enciendes la luz, corres bajándote la cremallera y como puedes te entregas a la calma total.

Al fin terminas y te vas como Platón (con la gotita en el pantalón) duermes relajado y te despiertas al otro día dándote cuenta que tras seis cervezas y en la oscuridad es tan parecida la cocina con el baño.

estas cosas se escriben sin corregirse... como se nota

Morir para volver a nacer


La noticia llega como una bomba en el periódico. Atrás dejamos las secciones política y económica; atrás queda el mundo por un instante frente a ese rostro de arrugas y bigote blanquecino que aparece en una fotografía y que nos recuerda que poco había aparecido en los matutinos porque su vida era de letras enteras.
Hay personas, estoy convencido de ello, que se mueren para volver a nacer. Hay personas que trascendieron tanto que no se les permite fallecer y que, a modo de consuelo, solamente le está permitido dejar descansando a un cuerpo que ya no les pertenece. Son esas mismas personas las que, sin saberlo, se han construido su propia inmortalidad.
Hoy, seguramente, serán más los que hablen de él que los que lo hayan leído. Hoy, nuevamente, sus escritos estarán plasmados en páginas de periódicos que necesitaron que se muera para darle un espacio. Así de injusto es el mundo y así de valiente es el artista que desafía al destino y arremete contra la tradición vulgar de vivir dando espacio a lo intrascendente.
La tristeza que inunda el alma se exclama en la mirada. La pena es una gota emergiendo de los ojos y la frustración ante la pérdida se consuela, o al menos debería hacerlo, pensando que, hoy, Mario Benedetti ha vuelto a nacer.