Die tränen meiner mutter

"Las lágrimas de mi madre" se estrena el 6 de nov. en Alemania y esta mañana me dejaron con ganas de ver más.
El exilio argentino desde la óptica de un niño, filmado por Alejandro Cárdenas, producido por Nicolas Grupe y con Verónica Martin como line producer consigue dar una vuelta de tuerca a ese tema tan nuestro, tan latino y tan vivo en la memoria como es el efecto de la dictadura militar.
Y ya no puedo seguir porque no he visto más que los 2.25 minutos del trailer que me mostró vero hoy.
Miren y me cuentan.

zzz


Ando con unos días complicados. No, no, no... no me vino, sino que mucho laburo, sueño cortado y sin mucha inspiración, aunque esta semana conseguí dormir más de cinco horas en varias oportunidades. Pero soy noctámbulo, por gusto personal y por comodidad laboral. Así que recopilé algunas cosas que podría denominar...

Situaciones de un noctámbulo

I
- Tuuu... tuuuuu
- Ahhh.. mrmbnbmrnrm
- Angélica

- Eh mmm

- Te acordás cómo se llamaba esa peli de Morgan Free...

- Arol
?
- Sí

- Tas tomando?
- No

- Tonces andá a cagar, son las 3 de la mañana

- Ayy que mala onda


No se puede conservar amigos si uno tiene dudas existenciales como saber el nombre de una película. "Ayy, no, pero yo sé a quién llamar a esa hora" , me dice Caro muy campante. Claro, ahora yo también sé a quién no llamar.



II

- Hola bebé
- Ey
- ¿Solito?

- No, ando con un títere de dedo en el bolsillo.


Conversa a la ligera con una puta que se me atraviesa y que no entiende que yo voy a comprar mi desayuno a las 2 de la mañana.


III
Llego a la bomba-gasolinera-estación de servicio y me encuentro con que soy el único que va a desayunar porque el resto anda con los ojos rojitos, medio mareaos y te saludan al ritmo etílico con con conversas interesantes
- Tené una moneda hermano?
- Sí ¿por qué?

- Me la podé dar

- Puedo ¿a cambio de qué?

- De las gracias

- Gracia tiene el mono


IV

Parece que los vecinos tampoco se ponen muy felices que yo trasnoche por hermosos mensajes nocturnos tales como "por qué no baja la música" o comentarios en voz alta tales como "ya está hablando solo" y ni contar de los momentos en los que me pongo a bailar a las 4 de la mañana.

V

Finalmente antes de ayer, después de algún que otro golpe en la cabeza conseguí dormir. Biieeeeenn... el arol tiene horario normal!!! no era ni la 1 y ya durmió. Hasta que a las 3.35...
- pilip pilip

- eh
- ardilla de porquería ¿dormías?
- zzz


VI

Pero me encuentro con otros raros. Hay unos tipos que no sé cómo lo hacen los desgraciaos, pero se duermen en el Metro o en la micro y se despiertan exactamente donde tienen que bajar. "aggrrr... aggrrr" roncan a pata suelta hasta que plin, abren sus ojotes y se bajan como diciendo "acá no pasó nada".

VII

Me puse a escribir esto justo unos minutos después que me dijeran que no duerma en el escritorio. Así que... buenas noches.

Que me chupe un perro


Después de escribir de perritos mordedores y viejejujas perfumadas, vero me mandó hace unos días un correo que me gustó y que entra en la sección: "Hoy no escribo":

Los perros me encantan, pero son temibles, si no te muerden, te chupan, y no se que es peor.

Un día de estos tengo que ir a IKEA, el emporio del uniforme, a comprar unas sábanas. Ahí dejan a los perros en la puerta, en unos espacios verdes como de fieltro, sabes? como si fuesen pedacitos de mesas de billar que simulan pasto. Digo, a mi me podes vender unas copas de vidrio diciéndome que parecen de cristal pero a un perrito un pedacito de tela como si fuese pastito? Triste.

Los dejan ahí encadenados y con todo lo que un perro necesita para ser feliz mientras sus dueños consumen. Pedacito de pasto que no es pasto, hueso que no es hueso, agüita que ojala, por el bien del perro, sea agüita… y unos colchoncitos para perros que nunca vi que ninguno usara.

Lo de las viejas perfumadas… ese perfume que detestas generalmente ES LA TOJA, pero requiere un arte: Se combina con algún jabón fuerte, con mucho spray para pelo, laca de abuela rompe, se le agrega el olor de los polvos de la cara y del lipstick y de cien cigarrillos que se fumaron antes de verte y durante.

Cáncer el cigarrillo? querida mirame a mi, 92 años y perfecta. (mi abuela Constanza), lo averigüe, sabes por que también lo detesto? porque me hace acordar al colectivo en Palermo en los 70s cuando no tenia poder para decir sáquenme de acá (porque iba en moisés, cochecito o de la mano de mi vieja, según las edades). Me hacen acordar a mi tía Matilde o a mi abuela Constanza que, supongo, que empezó usando uno mas fino, de París, y a medida que fueron evaneciendose los campos, fue bajando de categoría y subiendo en olor.

Tengo un grave problema con los perfumes, nariz grande y perspicaz, pero sin capacidad para cerrar fosas nasales como compuertas cuando se acerca una vieja con mucho perfume. Pero no queda ahí, las chicas o chicos jóvenes, o de mi edad ;) con perfume me lastiman igual.

Mi hermana Bárbara usa POISON del verde, dice que es más ligero, no, no, barbi, no es más ligero, Christian Dior se equivocó, es solo más ligero si lo usas en Costa Rica y yo sigo en Berlín. Mi mejor amiga nada 2.0 porque la hijadeputa ni siquiera chequea su mail, usa DUNE otra atrocidad de Christian Dior, un perfume -según ella- dulce y de día. Dios bendito (me pongo en pose de esos insectos que parecen grillos largos que rezan) nunca me quedé a dormir con ella.

Aunque sí dejé de ir al cine con Moni. Primero empecé diciéndole: “andá adelante que a vos te gusta más, yo me quedo atrás, adelante me mareo”. Luego “ok, dale vamos al cine pero si no usas tanto perfume”. Luego, ya más profunda nuestra amistad: “dale, dale, un café, pero no te pongas perfume, plis”.

Mi sobrina Camila, fiel hija de su madre, me pega unos abrazos larguísimos después de ponerse el perfume de Posh; de todas las Spice Girls juntas; el de mi hermana y desodorante que no necesita todavía, pero "huele rico". Ahhhhh… cómo te quiero. Cami, salí de acá!

Pero lo mío no es arbitrario ni déspota: Yo misma tengo un problema con mis perfumes: uso todo sin desodorante, shampoo, cremas, make up, si uso. hipoalergénico y san odor.

Ya lo dijo Warhol: el perfume es una invasión del espacio ajeno.

Yo prefiero que me chupe un perro.

Frases de mi abuela


Hoy me acordé de mi abuela (sí, sí, tenía una) y me acordé de algunas frases y después, como siempre, le puse alas a lo que me queda de cabeza y volé con las frases de abuela, frases de mamases y frases típicas y no tan típicas pero que las escribo para no olvidarme.

Ponte calzoncillo nuevo por si tienes un accidente en la calle
. (Mi abuela a quien no le importaba si me chocaban, la cosa era que muestre tanto el culo con dignidad)


Tomate la sopa que sino llamo al viejo. (Pero si el viejo es mi abuelo, es decir tu esposo y además… tampoco quiere tomarse esta porquería)

Sopla, sopla que desde que soplar está de moda nadie se ha quemado. (Mi abuela cuando era chiquito para que yo haga fuuuu fuuu en la sopa)

Dura menos que un pedo en un canasto. (Mi abuelo que no sé cuándo puso un pedo en una canasta, pero hice la prueba y… no dura nada)

Corta un pedo en el aire. (Mi abuelo después de afilar un cuchillo. No es una frase genial, pero el tipo estaba metido con los gases)

Cuídate, que no pase nada
. (Mi madre que tal vez creía que yo era un niño que deseaba que lo atropellen, roben o algo)


Que te diviertas
. (Mi madre cuando iba a alguna parranda. A las 8 de la mañana me despertaba viendo una ventana que no conocía al lado de una niña que no recordaba y pensaba “que suerte que me dio ese consejo, sino la iba a pasar mal”)


¿Quién te viste? ¿El sastre de Tarzán?
(Mi abuela criticando las falditas de mi hermana)


Cuando yo tenía tu edad era el primero de mi clase
. (Mi papá. Claro y a tu edad San Martín cruzó Los Andes a caballo)


Mira que estás grande… y eras tan chiquitito
. (Mi abuela que pensaba que éramos vecinos de los jíbaros)


Bueno, me voy a ir yendo. (Esas sí que son frases insistentes. Ya sabemos: te vas)

Hay que ducharse que es gratis.
(Mi madre que, imagino, si cobraban no se bañaría nunca)


Hay que hacer amigos hasta en el infierno.
(Mi abuela que no sabía que todos mis amigos o venían o iban para ahí)


Mientras más llores, menos meas. (Las cosas que decía mi abuela para que me calle.

¿El qué?

El fulbo, esa cosa de una pelota y 22 tipos corriendo atrás con tipos que hablan realmente enredado, que dicen una cosa por otra. ¿No me creen? Aquí van los cinco dichos más populares de los niñitos del balón:


I
Fue un partido difícil, pero sobre el final conseguimos revertir el resultado
- Quiso decir: No sabíamos qué carajo hacer hasta que al final ganamos de puro culo.

II
Lamentablemente no pudimos obtener el resultado que buscábamos y el equipo contrario consiguió desequilibrar el tanteador
- Quiso decir: Jugamos pa’ la mierda

III
El empate nos otorga un punto valioso que, si bien no es lo esperado, nos deja en camino
- Quiso decir: Jugamos pa’ la mierda pero zafamos

IV
Viendo el tablero y después de un resultado adverso como el que tuvimos ahora tenemos que pensar en nuestro próximo desafío
- Quiso decir: Hablemos del próximo partido a ver si alguien puede olvidarse del partido de porquería que hicimos

V
Mostramos superioridad, pero ellos tuvieron un par de oportunidades que les permitió convertir
- Quiso decir: No sé cómo miércole hicieron pa’ ganarnos estos animales. Puro culo, puro culo.

Pishutu pishitu ggrrrrrrrr


Nunca, pero nunca, nunca jamás de los jamases vuelvo a acariciar a un perro por más que tenga cara de no te muerdo y cuando menos te lo esperas ñácate el desgraciao se quiere hacer con un pedazo de arol para el guiso de la noche.

En el Líder de Seminario con Rancagua la gente estaciona sus cuadrúpedos en la entrada. Los llevan con soguita y los deja ahí. Imagino que las viejas se creen una especie de Clint Eastwood amarrando al bicho en un caño y entrando muy campantes después de decirle “quédate ahí”. ¿ dónde va a ir si lo dejó con un amarre de marinero al pobre?


El arol, perro que ve, perro al que le da una acariciada y le juguetea un rato acompañado de palabras de bebés tales como “pishitu pishutu, venga venga, bunituuu, tikiti tikiti tikiti, chau nos vemos”. Y lo deja.


Pero ahora el destino perruno se puso en contra. Pishitu pishitu y zácate que se mandó el mordiscón el maldito. El miedo, el susto y la cobardía hicieron que saque la mano antes de tiempo y deje mi chaquetita en boca jugosa del malcriado.


Además ni siquiera era de marca. Era el típico negrito rango calle que cae de repente en familia adinerada y se cree la estrella. Era el Roberto Dueñas de los perros.


Mucho para decir que me mordió un perrito pulgoso. Sí, sí. Ahora es mi chaqueta la que ostenta las marcas de la batalla y yo, nunca, pero nunca más, acaricio a uno por más cara de angelito que tenga.

cocinando cosas


No tengo muy en claro por qué lo hice, pero hoy me puse a experimentar con el microondas. Le metí de todo adentro para ver cómo quedaba y ¿qué creen? Quedó la media cagaita.
Sin saber muy bien si eran las 8 o las 9, pero con el hambre que ya empezaba a insultarme, me tuve que levantar para comer algo.

Muy domingo para cocinar, el refri tenía todo crudo y lo único cocinado era un poco de arroz blanco (más aburrido que chupar clavo) así que metí la mano en el freezer y me encontré con un pedazo de piedra que, por la deducción era pollo.

Muy domingo para cocinar, así que iba a hacer el pollo al microondas pero la gran pregunta era ¿se cocinará? Entonces me dispuse a averiguarlo poniendo un pedacito de la piedra al micro. No quedó mal, pero me quedó gustando la cosa de ver cómo iba a quedar el resto de las cosas.


El resultado fue:

Naranja: deja un lindo olorcito, pero la naranja queda blandengue que no dan ganas de comérsela.

Huevo
: mejor que andar sintiendo el olor a frito, queda medio gomoso esponjoso, pero en un minutito se tiene un huevín listo pa el desayuno. Parece, sí, que hay que ponerle algo de aceite para que no se pegue.


Arvejas
: tal vez porque estaba en una bolsita congelada, el agua-hielo las ayudó a que se hagan rápido. Eso sí, se me fue la mano con la cocinada así que quedó con mucho gusto a plástico.


Salsa
: me ha pasado que no tengo muchas ganas de hacer salsa para los tallarines, así que anticipándome hice la prueba. Se cocina, no queda mal, pero el microondas quedó como de la guerra, con salpicaduras sangrientas por todos lados.


Pan
: si se le deja poco tiempo queda blandito y al intentar darle una mordida se estira como chicle. Si se le deja más tiempo queda duro como una roca y doradito, listo para hacer pan rallado para las milanesas-escalopas.


Coca Cola
: Una porquería. Queda caliente, sin gas y las manchas le acompañaron a las de la salsa.


Jabón
: Ahí sí que quedó la escoba. Y yo que creí que iba a quedar durito, el muy maldito se hizo agua en la taza. Mañana me voy a duchar con champú por animal.


Papel
: Debe ser porque era medio plastificado, se arrugó las puntas nada más. Lo dejé un ratito solamente.


Títere de dedo
: Señores, un minuto de silencio para el Sr. Pelusa que se nos ha ido en cumplimiento del deber.

Perfume arrugado

Soy alérgico a las viejas perfumadas. No a cualquier perfume ni a cualquier vieja. Pero me di cuenta, hace un rato, que a partir de determinada edad las mujeres usan un perfume mezcla de insecticida y jabón de ropa que me dejan sin aire.

- Cómo está? Así que usted es el arol
- Si, sí señora. Lamento desilusionarla, pero soy yo. ¿Cómo está?
- Bien. Me lo hacía más joven
- Gracias por el cumplido, pero mis papases decidieron tener una noche de lujuria unos años antes de lo que usted imaginaba

La conversa se dio hace un rato entre la madre de un amigo-conocido a quien sólo la hice reír un par de veces por teléfono y guardó el recuerdo en su memoria.
Por el teléfono no se escuchaba tan arrugadita y no se sentía ese olor asfixiante.
Pasado los 60 la mujer mantiene su coquetería, lo cual implica aros gigantes, un collar de perlas que no son perlas, un par de cadenas con crucecitas, un poco de arrugas como cuello de tortuga, mucho maquillaje que si se le da un golpecito se descascara y ese perfume… ajjj ese perfume.
Tal vez, imagino, a esa edad el olfato ya no les funciona tanto y creen que es el mejor olor del mundo. Pero déjenme decirles, señoras de varias décadas de andanzas: esa porquería que se echan apesta. Y apesta muchísimo.
Tuve que conversar unos cuantos minutos por respeto a ella, pero el tiempo justo por respeto a mí.
Lo siento por los que se sienten ofendidos/as, pero así como a algunos los deja sin aliento el plátano oriental, otros dan metralladas de estornudos frente a un gato, a mi las señoras que pasan de los 60 acompañadas de su perfume me cortan la respiración.

- Perdone por lo chismoso pero ¿qué perfume usa?
- Ahhh, es uno que me regaló mi hermana. Me lo trajo de España en el verano
- ¿Y todavía lo tiene?
- Si, es que como me gusta lo cuido ¿Le gusta?
- ¿La verdad?
- No le gustó, ya me di cuenta
- Qué perspicaz que es; pero no es que no me gusta, solo que me tapó la nariz que ni siquiera llegué a darme cuenta si me gustaba o no.
- Jeje, qué simpático

Le hice una sonrisita para que siga creyendo que era chiste porque como realidad era muy dura para su edad, pero decidí que no me volveré a arrimar a ella más de 30 segundos.
No las obligaré a cambiar de perfume (pobres, las dejaré creer que están geniales) pero mis visitas serán con corticoides en mano.

Quiero preguntar, quiero preguntaaaaaarrrr


¿Qué le preguntarían a una tarotista? Hay muchas cosas: el amor., el dinero, el futuro, los hijos. Pero hoy necesité hacerle mejores preguntas, en realidad le hice una sola y me respondió con una precisión destacable.

Como siempre necesito perderme y olvidarme de las cosas para mantener la personalidad llegaba a casa y tuve un chispazo de lucidez: “pero si no tenía que venir a casa aun”. Así que me metí corriendo al Metro, que por la hora ya era para llamarlo centímetro, y corriendo llegué al centro.


La Plaza de Armas es cada vez más como un gran mercado persa. Allí estaba el grupo de visualizadores de cartas. Había unos seis, al menos, separados en tres grupitos. Me acerqué a una, la que tenía más cara de responder todo.

Tomé la sillita y me senté. Con experiencia de jugador compulsivo desparramó un poco las cartas en la mesita y me miró.


- ¿Cómo te llamas?

- arol

- ¿Cómo?
- arol, nada más que arol
-
Ya arol ¿quieres preguntar algo?

- Me encantaría. Lo único que hago bien es preguntar.
- Saca tres cartas

Saqué las cartas, se las pasé, la miré a los ojos y…

- ¿Ahora puedo preguntar? ¿puedo ya?

- Si deseas puedes preguntar o puedes dejar que las cartas te hablen

- Quiero preguntar

- Ya ¿cuál es tu pregunta?

- ¿Dónde queda la calle Agustinas?

- Tienes que bajar dos cuadras por acá

- Gracias

Dejé unas monedas, me fui confiado en que la respuesta era la precisa y que merecía un puesto en mapcity y no en una mesita en la Plaza de Armas.

Hice dos cuadras y me di cuenta que las cartas no mintieron.

Recomiendo a cualquiera esa tarotista.

cuichi cuichi solo para mi


Cuichi cuichi tuntin tuntin zucum zum zucum zum puiissshh puisssshhh

En serio, al menos yo lo escucho así cuando hay alguien cerca. No puedo saber nunca qué es lo que van escuchando, pero sí me entero que escuchan algo y cada vez son más.

Mientras caminaba hacia acá (sí, desde allá donde estaba hasta acá donde estoy) me puse a mirar las orejas de las personas y me di cuenta que soy uno de los pocos que no lleva algo en el oído.

El arol cada vez puede hablar con menos gente desconocida porque cada vez más son los que andan cuichi cuichi tuntin tuntin.


Al parecer, la raza de musicalizados se diferencian entre sí. A saber:

Risueños: Parece que en la mañana hay programas pa reírse porque andan como fumados mostrando los dientes e incluso pueden soltar una carcajada sólo pa que lo envidien.

Cantantes: no se dan ni cuenta pero cantan feo; muy, muy feo. Pero ahí están ellos gritoneando cosas en un inglés perruno que prefiero oírme yo en la ducha.

Oído de fierro: tienen tímpanos de acero, definitivamente. Hasta yo, que a veces estoy a tres metros, puedo llegar a deducir qué escuchan.

Sorditos: “Oiga, no sabe dónde está la calle…?” Todo sería normal salvo que la frase la dice gritando el tipo y uno que piensa “o la naturaleza me está dando oídos más agudos o este cree que nadie lo escucha por su música”

Sociales: son los que llevan los auriculares en el bolsillo y te hacen escuchar a la fuerza por el parlante chilloncito su regeaton acompañado de un bamboleo repetitivo del cuerpo.

Bailarines: por lo general entran en el grupo de los “sociales” y van tan sueltos de cuerpo que incluso dan ganas de acompañarlos. “Y qué querés si me tenté”, le dije a una chica hace poco en la micro mientras bailaba con ella; me miró, hizo una mueca y apagó la música.


Y por último, sí, por último, estamos los unplugged que, cada vez me doy más cuenta, somos los menos. Pero voy a seguir así porque sino no me entero de los chismes de oficinas de otros, de las peleas de pareja o de las ocurrencias de algunos que sin tapujos sueltan los más jugosos chismecitos de gente que ni conozco. Ayyy de mi, si usaba auriculares me iba a perder saber que marcela ahora está saliendo con dos tipos y que uno de ellos sale con otras dos minas. No sé quién es marcela ni quienes son los tipos, pero la historia estaba increíble.

¿dónde están mis lentes?


Ayer he buscado mucho mis lentes. Los he perdido y eso que no los pierdo jamás porque siempre los llevo puestos.
¿Cómo es posible? si estaban por acá, esto es rarísimo. Justo cuando los iba a limpiar con su pañito predilecto no aparecen los muy zotretas.
Pero no todo estaba perdido, o sí, los lentes sí estaban perdidos. Cansado, aburrido y esperando que responda un servidor que se había caído me acosté a descansar un ratito, no iba a dormir, sólo relajarme.
Y ¿qué creen? ajjjggrrrrr ajjjgggrrr me dio sueño y me quedé dormido.
Un rato después, tal vez unos 15 o 20 minutos después me desperté. Me levanté rumbo al baño. Los ojos me seguían ardiendo y justo cuando me los iba a refregar con los dedos encontré mis lentes interrumpiendo el camino.

Biribip… biribip


Tengo que hacer deportes. Estoy duro y cagao como estatua de plaza.
El sábado a algunos barrigones se les ocurrió “hacer un partidito” después del asado y me di cuenta que paso más tiempo en el computador que en el gimnasio. En realidad no paso ningún tiempo en el gimnasio.
Me metí en la cancha nada más para decir que “estaba” porque mi participación fue nula. No pensé que iba a ser para tanto. Camino entre 70 y 80 cuadras todos los días, pero hoy fue mortal. Volver a casa desde el trabajo mañanero producía unos leves dolorcitos.
Entonces me dije: “ya arol, hoy te vas en micro”. Caminé unas cuadras, paré una micro en un lugar que no paran pero después de ponerle cara de llorón y de golpear la puerta el tipo abrió y me dejo entrar.
Ya, ahora la tarjetita. Biripbip… biripbip. Saldo insuficiente. Puta miércale me traje la tarjeta que no tenía y la otra que había cargado el finde la dejé en la otra mochila. Entonces honesto y pavo como soy quise bajar y el micrero no me dejó.
- ¿Qué?
- Jum, a una le cuesta el pasaje
- A mi también señora, así que no me mire así; pero más me cuesta ser bol-u-d-o y olvidarme la tarjeta.

Parece que la palabra bo-l-u-d-o no le gustó a la vieja y menos le gustó mi tonito así que no molestó más.
Justo cuando sube uno que de verdad se equivocó de tarjeta la gente desconfía.
Y uno que está ahí como preso de miradas inquisidoras de otros que sí pagaron su pasaje. “Pero si yo quería pagar” grita uno en su cabeza pero la gente que viaja en micro no anda leyendo los pensamientos.
La próxima vez hago más deportes

Coty y Marcelo se aman

En una vereda cerca del Parque Bustamante hay alguien que quiso gritar.
“aayyy, mi vida, cómo quisiera gritar a los cuatro vientos todo lo que te amo” ¿Quién no lo pensó alguna vez? El amor te vuelve idiota y, a veces, gritón.
Entonces uno de los dos, ella o él, no se quien, no solo que quiso gritarlo, sino que quiso un eco permanente, un eco visual eterno y no tuvo mejor idea que agarrar un palito y darle sin miedo al cemento fresco.
“Coty y Marcelo se aman” Debe ser bellísimo para ustedes, pero ¿a mi qué me importa?
A estas alturas, tiempo después de pasar el palito por la vereda, seguramente, Coty detestó que Marcelo sea tan pegote con su mamá y que ronque por las noches. Y él que pensó, estoy seguro, que ella era un desastre porque dejaba los pelos en el lavamanos y apretaba la pasta de dientes por el medio.
Señores, Coty y Marcelo, seguramente, ya no se aman; pero ahí está el eco inquebrantable de algo que ya fue. Tal vez Coty quiere ir a borrar el nombre de su ex compañero, ahora contrincante. Ya es tarde, ahora tendrá que esperar a la próxima campaña política que se les da por hacer veredas en todos lados.

una batata

este blog es una batata; una porquería en un mejor término. Así que cuando me dé el espíritu, el tiempo, la neuronis que anda suelta y el ánimo voy a diseñar algo en serio. Y mientras no lo haga solamente voy a escribir que es pa lo que cree este bloguito.
Para ver cosas de diseño, marketing; comunicación y los etcéteras se debe entrar a otro blog que es donde se blogueará un poco más en serio.
Dicho sea de paso esta cosa que escribo ahora no la corrijo y lo hago sólo con el fin de no meterme a trabajar porque ya estoy cansado que los chinos (con 12 horas de diferencia) no descansen y quieran todo para ayer.
Ya vuelvo...

los 40

Estaba a punto de comenzar a escribir sobre “los 40” pero se me fueron las ganas. El finde he visto a unos cuarentones en grupete y ves cómo a esa edad cambian muchas cosas.
Si a los 20 uno piensa que ya creció y que tiene que comenzar a ponerse un poco más serio para planificar su “futuro” y a los 30 te das cuenta que ya no eres el pendejo que eras a los 20; a los 40 no sólo los tipos tienen más barriga, sino que vienen acompañados de niñitos más grande, perrito, y la señora (a veces se hace presente en forma de ex que lo acompaña de alma presente solamente) que lleva la rienda muchas veces.
“De los 30 a los 40 no te das ni cuenta cuando pasó el tiempo” me dijo alguien una vez y me dio miedo.
No tengo ganas de escribir de los 40, me doy cuenta; pero tampoco tengo ganas de tener 40; de andar un poco oxidado, a mitad de camino sintiéndote el pendejo que no sos y diciendo “sí amor”.

el madrugador estrellao


“A ver arol, si las micros comienzan a funcionar como a las 5, después del despelote de ayer en el Registro Civil, a las 5.30 eso ya será un caos y no puedes esperar tanto”. Así pensaba a las 8 de la noche de ayer, así que tempranito, como a eso de las 12 me fui a dormir poniendo el despertador (el celu, porque despertador es muy viejito) a las 3.15 para salir a las 4 a más tardar (sip, como no me tengo que maquillar ni poner bonito me daba el tiempo)

Entonces minutos antes de las 4 el arol salió de la casa, ya no había ooomm, pero íbamos relajaditos. Caminata, taxi y llegada. Un patrullero con tres policías adentro y uno que baja la ventanilla.

- Qué onda? – dice el paco con un tonito juvenil el desgraciao

- Cómo tai?

- Va a hacer cola

- Eso creo ¿a qué hora abrirarán?

- Si abren

Uuuyy y así empezamos la espera creyendo que podían no abrir, pero no había alternativa. Lectura a la luz del farolito lleno de bichos y a las 5 comenzaron a llegar. A las 5.30 la cola llegaba a la mitad de cuadra y a las 6 ya daba la vuelta a la esquina. Qué grande arol, bol-u-d-o pero precavido.

A las 6 y poquito ya caen los canales, las radios y los pacos que se alertan:

- Tuuuu… tuuuu. Jefe, le habla fulano (no me acuerdo ni nombre ni cargo, pero era paco, eso sí) está llegando la prensa y ya hay mucha gente; lo mantengo informado por si quiere venir.

Ahhh, figureti el jefe que llegó media hora después peinadito a la gomina y perfumado a lo milico.

Y la primera pregunta tonta de la mañana la lanza el periodista del 13

- ¿Ustedes van a hacer algún trámite?

Naaaa, ¿qué pensaba que estábamos anticipándonos a la llegada de Madonna pa tener un mejor lugar?

Y ahí se vinieron todos los periodistas

- Tu llegaste primero?

- Síp

- A qué hora

- A las 4.30

- Yaaaa, con vos voy a hablar entonces

Resumen, el arol habló con Mega, el 13, TVN; Red; ADN; Biobio y otra cosa que no me acuerdo.

Poquito antes de las 8 era una señorita cruzando las piernas. No tendía que haber tomado tanta coca. Abrió la fotocopiadora que está al frente y me fui corriendo con deseos bañeros.

- Oiga, sabe que estoy desde temprano…

- Sí, lo vi en la tele, llegó a las 4.30

- Eso, y ya no me aguanto y…

- El baño cuesta 200 pesos

El tipo tenía un negocio oculto tras las fotocopias.

A las 8 comenzó a llegar un grupito de coleros elite. Los muy malditos venían con números que le habían dado antes y llegaban casi a los 50. Así que el arol era el primero, pero el 51 al mismo tiempo.

Finalmente a las 8.30 abrió sus puertas el bendito Registro Civil y sale un tipo con cara de no te quiero a repartir dos tipos de número: los rosaditos y los celestes. Me tocó el 1 celeste, me sentía casi del equipo azul con ganas de ganar

¿Quién me iba a ganar si era el primero?... Bueno, había 50 primeros antes, pero casi nada

Y comenzaron a pasar a las 9. Sí, comenzaron porque iban entrando los coleros elite y los del equipo rosa porque los primeros eran primeros y los rosaditos hacían otros trámites.

- Perdón, a qué hora llegaste? Le pregunté a otra argentina súper fashion que toqueteaba su iphone

- A las 7- me dice sin pudor. Estaba junto a mi con su número 60 rosadito

- Ayyy que maldita

- Siiii, te vi en televisión y vine corriendo

- Ay, gracias, ¿tan bonito soy?

- No, es que me asusté que iba a haber mucha gente

- Ajjj, gracias por el piropo


La chica fashion entró y salió y yo seguía sosteniendo mi número 1 celestito.

Después de haberme conocido a los guardias, de haberle contado todas las arrugas a una vieja y de hablar hasta por los codos contando chistes bol-u-d-o-s me dejaron pasar. No eran ni las 10.30 y ya había pasado a otra cola dentro, una donde se esperaba de a 10 en sillas. La ovación fue gigante; había hecho tanto show toda la mañana hablando y hablando que sólo se escucharon aplausos cuando el arol entró (parece que incluso me tomaron cariño)

Media hora más tarde me senté frente al tipo que me iba a sacar la foto horrible.

Me miró, miró mi número y lo primero que escupió fue:
- Ahhh, usted es el que vino a las 4.30

- Y el que se irá en un rato más si no quieren que me quede a hacerles compañía

Todo ok, se hizo el trámite hasta que con su apacible voz me dice

- Sabe, tenemos problemas con la impresora…

- No me digas que tengo mala suerte?

- Es que tenemos que tener fotocopia del pasaporte

- No quieren que me vaya, ¿es eso verdad? Yo también los quiero y hoy voy a soñar con vos

Finalmente apareció la fotocopiadora y todo terminó.

A las 12 estaba ya en casa, llamo a mi jefe y acá escapo…

- No voy hoy, te pago el lunes el día

- Pucha, es que necesitamos los catálogos de…

- Chinos de m-i-e-r..., me tienen podrido

Ahora hago como que trabajo, sigo haciendo catálogos y dejo acá porque me voy a dormir un ratito soñando con una cédula de identidad.

oooommmmm


Y ahí estaba, me levanté media hora más tarde de lo que tenía que levantarme, así que ahí andaba corriendo y yendo a la ducha; pero ningún problema… Lara la la, ra ra lala, cantaba yo un poco entusiasmado porque trataba de aplicar todo lo que me metieron en la cabeza un día antes sobre el pensamiento positivo.

Lento pa el aprendizaje me quedaba en la cabeza el adoctrinamiento tipo pastor evangélico que me hizo una amiga la tarde anterior (vendita seas tu romi entre todas las bestias) con esas ideas de osho, el Kundalini y ommm, todo va a salir bien… ommm, todo andará bien, Ferro volverá a Primera A… los trámites andarán bien… ommm Charly tomará las pastillitas que tiene que tomar… ommm piensa en positivo ommm

Entonces me metí en la ducha. No importaba si era jueves y ya había hecho trámites el lunes, martes y miércoles, este iba a ser el último día. Agua calentita en la ducha, y comencé a afeitarme (sí, me afeito en la ducha sin espejo) hasta que me di cuenta que la maquinita no tenía un puto filo y me quedaba la cara como si le hubiese pasado un rastrillo. No importó, seguí con el ommmm hasta que zas, se apagó el calefont y aajjjj, agua fría y bien fría que me hizo tiritar (no ese frío berlinesco vero, pero frío en fin) así que a como dé lugar terminé rápido arrugado como cuello de tortuga y salí.

Desayuno rápido, corrida al Metro y metido como sardina en esa lata atestada de gente con menos suerte que yo. Y ahí fue el arol hasta Policía Internacional para hacer el último trámite antes de ir al Registro Civil a renovar la cédula chilena que le dan a los que se les ocurrió nacer en otros lugares.

- Pasaporte – me dice una chica con cara McDonalds

- Aquí tiene

- OK, su cédula

- Ehhh, ya le paso, ya le paso. ¿Y dónde mier-d-a está mi cédula?

- Búsquela tranquilo

- Eso quisiera, pero no la encuentro y se me están parando los pelos que no tengo.

- Es que si no tiene la cédula…

- Ya sé, ya sé. Espéreme.

No la encontré, revolví todo y no encontré la cédula. Tuve que ir donde un jefe con menos cara McDonalds a llorarle que no la tenía, que parecía que la perdí y el hombre se compadeció después de que casi le moqueo el escritorio.

Terminó el trámite y de vuelta a correr al Metro porque tenía que llegar al Registro Civil antes que lo cierren y se me venzan los plazos. Entro al Metro, busco la tarjeta para poder cruzar y ¿qué encontró el arol en el bolsillo de su chaqueta? Siiii, señores, sí; en el puto bolsillo se había “metido” la cédula.

De nuevo el viajecito como sardina, salgo y tengo que caminar casi perdido 8 cuadras de más por no haber encontrado la calle. Al fin, llego al Registro Civil y veo un cartelito; nada de vuelva más tarde, entre por esta o aquella puerta, noooo, un cartelito que decía “Paro por tiempo indefinido” y el arol que puteaba de lo lindo.

- ¿Están en paro? – fue la pregunta más idiota que hice en los últimos meses

- Sí

- Chutas, toy cagau

- Mire, creo que la oficina de Ñuñoa atiende

- Ahhh, genial, mi salvoconducto … ommmm… ommmm, vamos pa allá ommmm

Y de nuevo camino al Metro hasta que voy cruzando por una calle y se me atraviesa un motoquero y un auto delante de él que frena. El motoquero baja y empieza a putear a la mina del auto, la putea, le manda unas cuantas patadas a la puerta que queda como lata de durazno usada y la tipa que sale a correrlo, no lo atrapa y me mira

- Ayyy, espereme un poquito que voy a llamar a Carabineros por favor

- Señora, si su día es malo el mío tiene olor a mier-d-a. No me joda

Y de nuevo metido en el Metro, después la micro y voy llegando al único Registro Civil de Santiago que funciona y todo me parecía raro. Al menos cuatro patrulleros de los pacos, unos cuatro canales de televisión, un fotógrafo arriba de un camión buscando sensacionalismo y un montón de esas cosas que parecen personas y que se llaman periodistas.

Ya… ommmm, ommmm, hagamos la cola a las 10 de la mañana. Sigo la cola, y sigo, y el arol que sigue buscando el final hasta que tres cuadras después encuentra el final y da con una vieja que dice “parece que ya no atienden tanto y si no entramos antes de la 1 ya perdimos”.

No me daba el tiempo, así que salgo rumbo a la oficina. Paro una micro y ahí lo veo: un chofer regordete con cara rosada, bigotito de gigoló y cara de haber tenido sexo mañanero con alguien que no era su esposa. La radio de la micro a todo cagar de volumen y el gordito que canta. No era Judas, no era Janis, ni siquiera era Soda o The Police… noooo, era un cebollero mexicano del que no me acuerdo el nombre pero que se parece a Jesús.

- Oiga, me baja el volumen por favor

- Siéntese atrás que se escucha menos

- No quiero

- Yo tampoco

- Andá a cag-a-r entonces

Y me senté atrás porque era gordito pero también era grandote y si bien andaba ommmm, no soy tan bol-u-d--o.

Al fin en la oficina, acá todo debería estar más tranquilo, haré como que trabajo un rato y después me voy a casa.

- Mi jefe simpático y falso como sonrisa de político me saluda hasta que llega su jefe: el dueño del circo.

- Oigan, tenemos que reunirnos

- No puedo

- Por qué

- Porque tengo que trabajar

- Yo también y tengo que viajar

“Y a mi qué me importa” (eso sólo lo pensé) hasta que convencí que yo no era necesario ahí y ahora me tomo mi coca (no la línea, sino la bebida) y voy a tratar de pensar en positivo… en positivo arol


Ooommmm ommmmm oommmmm-i-i-i-e-r-r-r-r-d-d-a-a-aaaaaa